En octubre de este año fui por segunda vez a Nepal, esta vez a realizar el circuito del Dhaulagiri. Se trata de un trekking relativamente poco frecuentado, muy variado desde el punto de vista paisajístico (desde campos de arroz a glaciares, pasando por bosques tropicales y alpinos) y no demasiado exigente desde el punto de vista físico (exceptuando quizás el paso de los franceses a 5.360 msnm y el Dhampus Pass a 5.250 msnm). Al contrario que los treks más conocidos como el del campo base del Everest en el valle del Khumbu y el tour de los Annapurnas, donde los lodges son abundantes y con un nivel de comodidad y equipamiento comparables a los refugios occidentales, este recorrido se realiza estableciendo campamentos. Esto implica o bien cargar uno con todo su equipo, incluyendo comida, tienda, gas, saco, etc o bien llevar porteadores (que fue lo que hicimos nosotros a través de una agencia de trekking española).
Menudo lugar el campo base del Dhaulagiri: muy incómodo, muy frío (llegamos a estar a -15ºC) y bajo la sombra del gigante que escupía avalanchas sin cesar con un tremendo estruendo. En cambio, a pesar de estar más alto, el Hidden Valley es mucho más agradable y las vistas de los seismiles que lo rodean son espectaculares (especialmente del impresionante Tukuche, de 6.920 msnm).
La intención era completar el trekking con la ascensión del Dhampus Peak (6.012 msn), intención que se frustró por culpa de una copiosa nevada que nos obligó a bajar rápidamente al valle del Kali Gandaki.
En este trekking no sólo se disfruta de unos paisajes espectaculares, sino también de las gentes que los habitan. Si a la subida por el Myagdi Khola predominan los pueblos de cultura hinduista, en el Kali Gandaki (Marpha y Jomsom) nos encontramos con la tibetana budista. Y es que Nepal es Nepal.
Podéis ver más fotos en mi cuenta de flickr: http://www.flickr.com/photos/majagiva/sets/
¡Espero que os gusten!
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