Aunque
habitualmente no es necesario encontrar una excusa muy especial para subir una
montaña, en esta ocasión si tenemos esa “excusa”: ¿por qué ascender el Kazbek?:
pues por cuatro razones:
1) porque es alto (con
sus 5.033m pasa de la barrera psicológica de los 5 mil metros)
2) porque es bonito
(un volcán cupuliforme que se yergue sobre una zona de bosques y glaciares)
3) porque es
accesible (se parte de Stepantsminda a 2h30min en coche de la capital Tbilisi
4) porque
no es muy técnico pero presenta una parte
entretenida con una última rampa de 40-45º de unos 400 metros.
En definitiva, un bello cinco mil en el Cáucaso que se puede acometer en una semana desde casa. Demasiado atractivo como para no intentarlo.
Georgia es un
país situado a caballo entre Europa y Asia. Aunque geográficamente es asiático,
política y culturalmente se considera parte de Europa. Su parte norte limita
con la cara sur de la cordillera del Cáucaso. Hay dos zonas populares para la
práctica de las actividades en montaña: la del Kazbek y la de Svanetia (el
núcleo urbano es Mestia).
Esta parte del
Cáucaso es bastante accesible, pues tan solo 6 horas de avión (escalas aparte) separan España de Tbilisi, capital de Georgia. Desde Tbilisi a Stepantsminda
(1.700m) son poco más de 2h30min en coche (algo más en transporte público). De
esta localidad parte la ruta hacia el CB, a 3.665m en el refugio Bethlemi hut
(o en tienda en esa zona). Se pueden obviar los primeros 500 metros subiendo en
coche hasta la iglesia de Sameba (2.200m) y también se puede alquilar un
arriero y un caballo (80EUR) para portear el material hasta el final del
glaciar de Gergeti.
Tras
salir un viernes por la tarde de España, dedicar a Tbilisi el sábado e ir a Stepantsminda el domingo, el lunes por la mañana
estábamos en la iglesia de Sameba preparados para comenzar el ascenso al CB. El
camino está bien marcado y se inicia al principio por un bosquecillo de árboles
bajos para enseguida ir ganando altura por una zona de pastos. La meteo era
mala, pues nos acompañó primero una niebla y fina lluvia (que nos impidió
observar el paisaje) que después se transformó en viento y granizo (a veces
intenso y molesto). Se llega a un collado (el paso de Arsha) que abre el acceso
ya a un terreno rocoso típico de la alta montaña. Tras atravesar no sin
dificultad un arroyo crecido por las lluvias, alcanzamos el glaciar de Gergeti,
glaciar que remontamos transversalmente para alcanzar el refugio.
El
refugio de Bethlemi es un destartalado edificio, bastante deteriorado según los
estándares occidentales, donde toda la enjundia se concentra en el comedor,
alrededor de la estufa.
Esta
expedición se inició un poco gafada para mí, pues el día pasado en Tbilisi
sirvió para que enganchase una más que generosa diarrea que no me abandonó
hasta 48 horas después, ya en el refugio, dejándome algo más que tocado.
Compartimos
refugio con más gente, casi todos de países del este (Polonia, Rusia,
Eslovenia) y unos daneses junto a una pareja de franceses que lo intentarán con
nosotros.
El
martes continúa el mal tiempo, con frío (no subimos de los 5ºC), aunque lo peor
es el viento y que la cumbre está cubierta por una nube lenticular de manera
casi perpetua. A ratos despeja parcialmente pero se vuelve a cubrir enseguida.
Hacemos un paseíllo de aclimatación hasta una capilla cercana, a unos 200
metros por encima del refugio.
El
miércoles persiste la meteo desfavorable y la presión atmosférica no cambia.
Hoy nos vamos hasta el collado, a unos 4.300m. El paseo es bonito y aunque todavía
algo cansado, no tengo problemas con la altura. No estoy recuperado de la
diarrea de los días previos y la comida es mala y escasa.
Jueves.
El día D para acometer la ascensión. Pero toda la ilusión se desvanece porque aunque
la tarde del miércoles la meteo mejoró un poco, de madrugada comenzó de nuevo a
ventear y ya no hubo opción. La montaña permanecía cubierta y un intenso viento
frío barría todo el CB. Decidimos pues bajar. El resto de las expediciones se
habían bajado ya el día anterior y otras (al igual que nosotros), lo hicieron
ese día. Mientras arriba el tiempo seguía muy malo, en las cotas inferiores el
tiempo era mejor y pudimos disfrutar del paisaje que no vimos al subir.
Llegamos a Stepantsminda y de ahí, tras recoger todo, a Tbilisi, donde nos
intentamos consolar con una buena cerveza para celebrar el amargo regreso. Que
jodida es la derrota, cualquier excusa que se ponga no sirve para sacarse esa
mala sensación que es venirse sin la cumbre.
Al
final, por quedarme con algo positivo, es el descubrimiento de una ciudad que
no suena mucho pero que me sorprendió: Tbilisi, la capital de Georgia (conocida
hasta 1936 como Tiflis). Es una ciudad dinámica, con mucho ambiente, con varios
miradores que permiten observarla desde las alturas, con muchas iglesias ortodoxas
frecuentadas por una devota población, con sus edificios esplendorosos (algunos
en ruinas, otros bien rehabilitados que reflejan que tuvo un pasado más que
glorioso) y sus calles adoquinadas. También sorprenden los retazos de una
arquitectura moderna bien implementada en esta histórica ciudad, que formaba
parte de la ruta de la seda.
Tampoco
estuvo mal la escala en Estambul, para pasar a la parte asiática (barrio de
Uskudar), a ver el ocaso y degustar un exquisito bocata de arenque.
Enlaces:
Mapa de la zona |
El pueblo de Stepantsminda |
La cocina del refugio, lugar de encuentro |
Nuestra habitación, las más lujosa del refugio |
Vistas del Kazbek en uno de los momentos en que se dejó ver |
La ruta hacia el oeste desde el refugio |
La fachada del refugio |
Glaciar Gergeti |
La casi eterna nube que cubría el Kazbek |
La White Cross |
La Black Cross |
Hacia el collado |
La parte final de la ascensión |
El "plateau" próximo al collado |
La iglesia de Sameba asomando entre la niebla |
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