CHINA 2015 (I): INTRODUCCIÓN Y ZONA TIBETANA




INTRODUCCIÓN

El inmenso país que se ha convertido en la gran potencia económica mundial despierta muchos interrogantes y sentimientos. El primero desde occidente es el miedo: acostumbrados a ser el ombligo del mundo asistimos a que el eje económico y político se traslada ahora al sudeste asiático, con China como principal protagonista. Su despegue económico, la deslocalización de las empresas occidentales y sus ansias de protagonismo político y militar nos hacen recelar de todo lo proveniente de ese país. A este miedo se le añade el tradicional halo de misterio que para los europeos envuelve lo oriental: un idioma y escrituras imposibles, una sociedad tradicionalmente opaca, el aislamiento de los inmigrantes en nuestros países. Pues para esto sirve el viajar (entre otras cosas): para ver que en el fondo no somos tan diferentes unos de otros. Y cada vez menos diferentes.

Obviamente un viaje de 3 semanas tampoco da demasiado para conocer bien la sociedad china, pero si son suficientes para dar unas pinceladas y ver de primera mano qué es eso de China.

Ahí van unas ideas básicas:

-     La China tradicional está desapareciendo para dar lugar a una sociedad muy parecida a la occidental, para bien y para mal. En los pueblos la gente es como la de los pueblos de cualquier parte del mundo, una vida más tranquila y dedicada a trabajar en el campo, sin lujos pero sin las servidumbre del hacinamiento y el estrés.

-      El capitalismo y el consumismo, en su vertiente más desbocada reinan sin freno: una clase media que al menos en sus vacaciones no se corta con nada, con millones de tiendas de todo tipo repletas de las más variopintas cosas. El gusto por la ropa, los teléfonos móviles, cámaras, coches , etc está al orden del día y un cierto tufo a nuevo rico y a la ostentación impregna esta sociedad. Lo siento, Mao, creo que no te hacen ya caso…

-      Hay mucha gente en todas partes, pero mucha, mucha, mucha. Si no te gustas las aglomeraciones, este no es tu viaje, pueden llegar a agobiar la cantidad de personas que hay en todo lugar. Olvídate de visitar las zonas y monumentos más populares en solitario o con poca gente. En China no te sentirás solo, al menos desde este punto de vista. Madrugando mucho puede salvarse la cosa (yo puede pasear por Lijiang casi sin gente al amanecer). Al anochecer imposible, son como los españoles en eso, salen en masa a esas horas.

-    Sigue siendo una dictadura. Discreta, pero presente. Los servicios de Google están capados (Google Maps, Gmail, etc) y especialmente en la zona tibetana, internet se “cuelga” con mucha frecuencia.

-     Comida: te la puedes imaginar, variada y para gustos… desde cosas exóticas hasta otras más “reconocibles”. Dependiendo de tus gustos, la encontraás maravillosa o todo lo contrario. Hay que adaptarse a comer con palillos, a mí me costó trabajo.

-     Idioma: complicado pues salvo la gente joven en sitios turísticos, lo habitual es que no hablen ni papa de inglés (ni por supuesto español). De todas formas por señas y espabilando un poco se puede sobrevivir.

-     Transporte: un dato para la alegría, tienen unas buenas infraestructuras, cada vez mejores y desde luego a años luz de las que se encuentran en otros países asiáticos (estoy pensando en los que conozco, India y Nepal). La conducción no sigue los estándares occidentales pero también es mejor que la de los otros dos países mencionados. El transporte por tren es una buena opción, sobre todo para trayectos largos y nocturnos. En estos dos links hay más información: tren 1 y tren 2 

Este viaje lo hice con Paso Noroeste, una empresa que organiza viajes de una manera menos convencional que lo habitual.

Esta es la primera entrada de tres dedicadas cada una de ellas a cada parte del viaje. No se trata de realizar un diario del viaje, sino como siempre comentar brevemente los lugares visitados y mostrar las fotografías de los mismos. Como siempre, muy subjetivo, pero espero que os guste.

Primera parte: entrada por Chengdu y viaje por las provincias de Sichuan y Yunnan de cultura tibetana (Tagong, Litang y Shangri-La)

Segunda parte: suroeste con visita a la Garganta del salto del Tigre, a dos ciudades tradicionales (Lijiang y Dali) y a los paisajes kársticos del río Yangshuo, para acabar el ambiente rural de Ping’an y sus arrozales.

Tercera parte: Hong Kong y Macao


ZONA TIBETANA

 
Bajo este nombre englobo la zona de la provincia de Sichuan que aunque comparte la misma cultura,  forma de vida y paisajes, no son propiamente el Tibet. Es una zona montañosa, con alturas próximas a los cuatro mil metros y la parte menos masificada que visitamos. Las comunicaciones son buenas y comparado con el Tibet indio (Ladakh), mucho más desarrollado y rico.

Chengdu es la capital de la provincia, con 14 millones de habitantes, y donde aterrizamos desde España. En Chengdú únicamente visitamos el centro histórico de la cuidad (Kuan Xiangzi), animado y agradable, con mucha vida nocturna y puestecillos callejeros para comer. Otro día lo dedicamos al parque Bi Feng Xia para ver los pandas: se puede hacer un recorrido agradable, pero si el objetivo es ver los pandas no lo aconsejo, es un viaje largo y apenas se ven pandas. Más interés fue la visita al pueblo medieval de Huanglongxi, con encanto.

Oso Panda en el parque de Bi Feng Xia


Huanglongxi, un pueblo tradicional

Huanglongxi


Huanglongxi

Niño de Chengdu


Tagong. Alcanzamos este típico pueblo tibetano situado a 3.700 metros tras un largo viaje por carretera, haciendo noche en el inhóspito Kanding bajo una meteo desfavorable. Tagong bien vale la pena: un lugar apacible, sin apenas turismo y muy agradable para pasar un día disfrutando de sus casas típicamente tibetanas, de su monasterio y de otros elementos de la cultura tibetana como son los cilindros de oración (ruedas de plegarias) y las estupas. Destacar el hostel donde dormimos, en una casa tradicional con una habitación colectiva maravillosa. Y cerca, en la plaza principal, otro alojamiento regentado por un británico con mucho ambiente, cervezas y hamburguesa de yak (por la gracia de tomarla, no por ser una delicatesen).

Joven con rasgos tibetanos en el camino a Tagong


Dirigiéndose al monasterio de Tagong


Monje tibetano

Ceremonia religiosa en el monasterio de Tagong

Callejeando por Tagong
 

Ruedas de plegaria: omnipresentes en el Tibet
Tagong

Litang. Lo mismo se puede decir de este pueblo enclavado a 4.014 metros de altura. Estaba en obras, embarrado y su monasterio en reconstrucción, pero el ambiente tibetano era muy intenso, incluso “políticamente” es un lugar caliente. Viajando por carretera hacia este pueblo tuvimos un la oportunidad de ver cómo viven los tibetanos nómadas, pues en una parada un pastor nos invitó a tomar el típico té agrio en su tienda… una vida dura sin duda. El viaje por carretera en si es un placer, pues aunque muy largo, descubre unos paisajes impresionantes. Me llamó la atención la cantidad de cicloturistas haciendo la ruta, en condiciones realmente duras (frío, lluvia y con pasos por encima de los 4 mil metros).

Pastor nómada que nos invitó a un té en su tienda
Interior de la tienda

Pequeña habitante de Litang

Ruedas de oración en Litang


Shangri-La. Desde Litang hacemos una largísima jornada en coche que nos deja  en Shangri-La. La ruta pasa por paisajes impresionantes, incluyendo la carretera que bordea un desfiladero sobre un río color chocolate que confluye más adelante con el Yangtse (con corte por desprendimiento incluido). A 3.380 metros de altura, Shangri-La es un referente turístico, y por tanto sin el encanto para mi gusto de los dos sitios anteriores. En algunas guías se la denomina Zhondiang . La incluyo en la parte tibetana por su monasterio, aunque pertenece a la provincia de Yunnan y su ambiente es mucho menos tibetano que Tagong y Litang. Es un lugar más masificado, con más infraestructuras, mucha gente y más animado. Sus casas tradicionales eran de madera y lamentablemente un incendio ha hecho que esté en reconstrucción. Lo mejor en sin duda el templo (lamasería de Songzanlin, también denominada el pequeño Potala). Hay que pagar 10-15 EUR (no recuerdo exactamente), pero vale la pena (a pesar de las aglomeraciones). Otros dos detalles interesantes de Shangri-La son los bailes colectivos que tienen lugar al atardecer en la plaza principal y el gigantesco cilindro de oración que se ve desde todo el pueblo. Es un enclave estratégico pues es una de las llaves para visitar el Tibet y otros dos lugares señalados: la garganta del salto del tigre y el Parque Nacional de Potatso (ver entrada siguiente).

Uno los conductores que nos llevó a Shangri-La (sin comentarios)

Shangri-La

Shangri-La
Shangri-La al anochecer

Shangri-La: lamasería de Songzanlin

Shangri-La: interior de la lamasería de Songzanlin

Shangri-La: lamasería de Songzanlin

Shangri-La: decoración del interior de la lamasería de Songzanlin


 









Panorámica de la lamasería

El pecado siempre tiene su castigo. Parece el Apóstol Santiago en versión budista.

Joven ataviada con traje regional


2 comentarios:

  1. Joder Manuel, como te lo curras!! muy bien, las fotos espectaculares y lo que cuentas ayuda mucho a entender el país. Estoy deseando ver las dos entradas que faltan, ánimo!!

    Un abrazo fuerte!

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  2. Muy chulas las fotos y el blog muy bueno... Recordando el viaje. Que buena la foto del conductor. No tienes ninguna del cuchillo que llevaba?? :)

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