En el mes de
diciembre en Europa, con sus días cortos y fríos, no apetece demasiado realizar
actividades al aire libre (y más aún si no hay nieve). Por eso, tras barajar
varias opciones, me decidí por escaparme a Senegal. Es un país cálido,
diciembre es una buena época para visitarlo, todavía no está masificado por el
turismo y el vuelo es relativamente barato y breve (4 horas y media). Además,
el planning del viaje era atractivo,
con visitas en la zona norte costera y después el interior (país Bassari).
Hay varias
agencias locales que realizan un programa parecido, opté por una que se
amoldaba a mis fechas.
Recomiendo
hacerlo con una agencia senegalesa, pues es un país que resulta complicado para
ir por libre salvo que tengas mucho tiempo y/o un contacto local. El transporte
es irregular, no siempre llega a donde quieres ni cuando quieres, hay que andar
negociando precios continuamente (y siempre ganan ellos) y buscar el
alojamiento en cada sitio no es fácil.
Abunda la
información en internet (os dejo el link a varias páginas muy interesantes),
por lo que no voy a repetir esa información, solo reflejar brevemente en qué
consiste el viaje con fotos y comentarios breves.
Qué te vas a encontrar:
Enclaves
históricos con encanto, como Saint Louis, la isla de las Conchas y la isla de
Gorée
Carreteras
infinitas por una extensa sabana
Pueblos con
un gran colorido, con mercados bulliciosos y toda la energía de África
Una gente
amable y hospitalaria, con una mezcla de cultura animista, católica y musulmana
Parques
Naturales con fauna (sobre todo aves)
Aldeas
todavía no “estropeadas” por un turismo de masas
Comida
interesante: el omnipresente arroz aderezado con una sabrosa salsa de cebolla
que se puede acompañar de pollo (Chicken au Yassa) o con pescado (creo que
caballa, mi favorito). También es típico el Tieboundiene (pastel de pescado con
hierbas y arroz). Y le puedes meter algo de picante por si te resulta aburrido 😉
Cerveza La
Gazelle (y zumo de Bouye, el fruto del baobab)
El ser
positivo y disfrutar del viaje no impide en modo alguno ver los problemas que tienen los lugares que se
visitan. Como muchos países de su entorno hay problemas medioambientales
importantes (sequía, basura a los lados de la carreta y plásticos en el mar),
corrupción policial (te paran para que les sueltes una mordida), pero lo que
más me llamó la atención (y me indignó) fue la situación de los niños mendigos. Es un problema conocido
que el gobierno intenta atajar sin demasiado éxito. Las familias con pocos
recursos envían a sus hijos a las escuelas coránicas y en muchas de ellas el
maestro (marabú) los explota sin miramientos, obligándoles a mendigar y obtener
así dinero. Si no lo consiguen muchas veces son maltratados.
Más información sobre este tema:
Información práctica
Cuando ir:
temporada seca (octubre a marzo)
Medicina
Preventiva: visita tu centro de vacunación internacional
Agencia local:
hay varias, la que yo elegí (y recomiendo por su profesionalidad, cercanía y
buen ambiente es Guías Senghor).
Un saludo a Tisch, Leon y Amby!!!!
Restaurante
en Saint Louis, del hermano de unos de los guías (está detrás de la comisaría
de Policía): Bar Restaurante Bethanie.
Otras webs
con información práctica interesante:
Programa por
días
Día 1. Vuelo
con Iberia a Dakar (llega a la noche). Traslado al lago Rosa.
Día 2. Lago
Rosa y desierto de Lompoul
Día 3. Saint
Louis
Día 4. Parque
Nacional de Djoudj
Día 5.
Mezquita de Touba y Kaolack
Día 6. País Bassari: Mako
Día 7 y 8. País
Bassari: Ethiolo
Día 9. País
Bassari: Dindenfelo
Día 10.
Wassadou
Día 11. Viaje
a la costa en taxi colectivo (Mbour)
Día 12. Joal-
Fadiouth (isla de las conchas)
Día 13. Isla
de Goreé y Dakar. A la noche vuelo de regreso
LA COSTA
La visitamos
al principio y final del viaje y es la zona más turística, pues es fácilmente
accesible desde Dakar. Muy cerca de esta ciudad está el Lago Rosa, que se emplea como fuente de extracción de sal y que era
el punto donde finalizaba el famoso rally París-Dakar. Aparte de realizar un
recorrido en 4x4 por las dunas playas de la zona, también paseamos en barca
para observar de cerca el duro trabajo de la extracción de la sal.
En dirección
norte está el desierto de Lompoul,
una zona con dunas de arena fina donde asienta un agradable campamento. No se
puede perder uno el paseo al atardecer por las dunas con la contemplación de la
puesta de sol. Y después de cenar, música al calor de una hoguera.
Más al norte
todavía está Saint Louis, la antigua
capital (trasladada a Dakar pues hace frontera con Mauritania separada tan solo
por el río Senegal). Llena de encanto, con su barrio colonial y el bullicioso
barrio de los pescadores. No muy lejos de esta ciudad está el Parque Nacional Djoudj, donde uno no se
puede perder el recorrido en barca para ver la avifauna (sobre todo pelícanos).
Al sur de
Dakar está Joal- Fadiouth (también llamada la isla de las conchas), una encantadora isla artificial a la que se
accede por un puente de madera. Además del pueblo de la isla destaca su cementerio
entre baobabs.
Y por último,
enfrente de Dakar, está la isla de Gorée.
Se llega a ella en ferry (unos 15 minutos). Es Patrimonio de la Humanidad y
vale la pena pasear entre sus coloridas casas y calles. En la casa de los
esclavos podemos escuchar la lacerante historia del tráfico de esclavos que
tenía como puerta de salida esta isla.
EL INTERIOR
Si la costa
es lo más turístico (y no por ello con menos encanto), al introducirnos en el
interior podremos saborear el Senegal más auténtico. Largos trayectos por
carretera asfaltada y por pistas de tierra nos muestran el día a día de este
país: mercados bulliciosos, vestidos de colores y de diseños impactantes, el
trabajo en el campo y de los artesanos, pero también sus problemas y la dura
vida de sus habitantes. Si eres permeable a todas estas cosas, te llevarás una
impresión bastante realista del país (sobre todos si hablas con sus
protagonistas).
Mezquita de Touba, impresionante edificio donde no se escatima el lujo. Es la
segunda mezquita más grande de África que está todavía en construcción y
ampliación (financiada por donaciones particulares y oficiales de otros países
musulmanes).
Kaolack, ciudad a las orillas del río Saloum. Aparte del hotel con
piscina con vistas al río, lo más interesante fue la visita a su mercado (te
hacer vivir la experiencia de un auténtico mercado local).
País Bassari (Mako, Ethiolo, Dindenfelo): recorrimos con calma estos pueblos,
alojándonos en campamentos solidarios habilitados por ONGs (como el de Badian, en
Mako, por una ONG española, ver aquí)
o por sus propios habitantes. Son cabañas similares a las de los paisanos, con
ciertas comodidades. La comida local, sabrosísima. En fin, la vida rural
senegalesa en su forma más auténtica. Nos contaron las ceremonias de iniciación
(Ethiolo) y vistamos el pueblo de Iwol (habitado por los Bediks con una curiosa
leyenda o historia de cómo se asentaron allí). También realizamos dos breves
actividades, la inexcusable cascada de
Dindenfelo (con baño incluido) y subida a la meseta para visitar los dientes de Dandee.
Wassadou, en un campamento a orillas del río Gambia, muy agradable, con
una terraza con vistas al río. Un atardecer para recordar (cerveza, vistas
increíbles y los ruidos de los monos). Y a la mañana excursión por el río en
barca para ver hipopótamos. Una cosa es decirlo y otra verlo y vivirlo.
En el Lago Rosa |
Parque Nacional de Djoudj |
Cayucos en Saint Louis |
Mezquita de Touba |
Mercado de Kaolack |
Puesta de sol en Kaolack |
El rural senegalés |
Las impresionantes puestas de sol de África |
Mujer Bedik |
Iwol |
Cascada de Dindenfelo |
Dientes de Dandee |
Puesta de sol en Wassadou |
Río Gambia (Wassadou) |
De vuelta a la costa |
Isla de las Conchas (Joal-Fadiouth) |
Cementerio católico y musulmán en la isla de las Conchas |
Pesacador en Dakar |
Isla de Gorée |
El caos de Dakar |
Dakar: monumento al renacimiento africano |
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